Entrevista realizada por Cristina Fernández y Alicia Ruiz.
Hoy entrevistamos a Marga, activista libertaria, feminista y antirracista de Bilbao.
Tiene 67 años y es de Donostia, hija de alicantina y de cántabro. Su época donostiarra está marcada por el despertar de la conciencia social, y sus primeros pasos en el activismo social y político.
Terminado el colegio a finales de 1973, empezó a trabajar en Ingemar, fábrica de Mármoles y Granitos, y a estudiar Graduado Social nocturno. A los pocos meses entró en el Banco San Sebastián, que tras diversas fusiones acabaría siendo el Banco Santander. Allí comenzaron sus primeros contactos con el mundo sindical, participando en reuniones de la CECO (Coordinadora de Euskadi de CCOO), y en la CONE (Comisión obrera nacional de Euskadi), aunque nunca llegó a afiliarse a CCOO. Eran tiempos de agitación política, transición y cambios; de acontecimientos como los Pactos de la Moncloa que, con el carácter de Marga no podían dejarla indiferente.
Las primeras militancias sociales y políticas
Su actividad social comenzó desde muy pronto. Formó parte de la “Escuela Gitana de Villa Cristeta” (antes de su integración en la enseñanza pública reglada), fue parte de la organización “Compañeros Constructores” (campo de trabajo de verano en Tordesillas para la reconstrucción de escuela rural, etc.)., participó como voluntaria los domingos en el hospital de la Cruz Roja de Donostia, y se reunía frecuentemente con un grupo de “Cristianos por el Socialismo”.
Políticamente participó en el PSP (Partido Socialista Popular) de Tierno Galván hasta que el descalabro en las primeras elecciones de 1979 hizo que este desapareciera y desde entonces no se ha vuelto a afiliar a ningún otro partido político.
Además, dio sus primeros pasos en la lucha ecologista y antinuclear, con el grupo ecologista de su barrio de Egia, con Gladys del Estal, activista ecologista asesinada por la Guardia Civil el 3 de junio de 1979 en Tudela, en una protesta antimilitarista y antinuclear, en la que entre otras cosas se reivindicaba la paralización de la central nuclear de Lemóniz.
A finales de 1978 se traslada a Bilbo (yaen el Banco Hispano Americano), matriculándose en la universidad de Deusto para cursar los estudios de Sociología. Y es precisamente en la universidad cuando comienza a participar activamente en las diferentes huelgas estudiantiles. En enero de 1979 se produce la huelga prolongada del «tomate Rojo», donde Marga se lanza aún más a la participación en asambleas y debates estudiantiles, propios de aquellos tiempos de agitación social y política. Y más adelante, en la huelga general del sector de la banca por la negociación del convenio colectivo, que dura varias semanas, comienza a conocer a CNT, que toma parte activa en el conflicto, a través de su asistencia a las asambleas y a los piquetes convocados al efecto, abrazando así (por primera vez) los ideales anarquistas.
Es en esta época cuando se presenta como independiente a las elecciones sindicales en el centro administrativo del Banco Hispano Americano, saliendo elegida, y desde entonces continúa siendo delegada, -primero en CNT y luego en CGT-, hasta su prejubilación. En 1982 se presenta por primera vez CNT a las elecciones sindicales, consiguiendo 3 de las 5 personas delegadas, y Marga se convierte en presidenta del Comité de Empresa. Durante todos esos años, Marga participó en la sección sindical estatal, siendo muy enriquecedoras las reuniones en Madrid, y sintiéndose muy arropada por las secciones del BBVA y del Hispano y consiguiendo mejoras laborales en las condiciones de trabajo del personal de banca, participando como presidenta del comité en la negociación de un acuerdo para el traslado de compañeras a Donostia por el cierre del centro administrativo. Las condiciones logradas fueron tan buenas que no se volvieron a repetir.
De los grupos de mujeres a la Secretaría de la Mujer
Desde sus comienzos Marga fue activista de movimientos sociales y especialmente del movimiento feminista. Dentro de la organización de CGT, donde lleva 40 años ya de militancia, participa en los grupos de mujeres a nivel estatal, desde que por primera vez Cristina Plaza convoca en los años 90 desde la secretaria de acción social al grupo de mujeres y afiliadas de la CGT a un encuentro en Valladolid, donde se crean redes de colaboración y coordinación de mujeres militantes. Paralelamente, en Bilbao el sindicato también comienza a funcionar con un grupo de mujeres que participan en el Secretariado Permanente (SP) de manera rotativa, Karmela Carcedo, Alicia Diago y Carmen Espeso, hasta el día de hoy, así como Marga Roig y otras compañeras.
Hay que recordar que la Secretaría de la Mujer en la CGT no se formó hasta 2001, tras el congreso confederal de Valladolid, donde se valoró que era importante la creación de una Secretaría de la Mujer y se eligió como primera responsable a Catalina Borrego que hasta el día de hoy ha sido la única secretaria surgida desde la base, de los grupos de mujeres de la organización.
Estos grupos de mujeres funcionaban en red, se reunían en Madrid principalmente, y diseñaban las campañas de CGT del 8M y 25N, además de cursos de formación. Los encuentros se convocaban para afiliadas y grupos de mujeres y otras secretarías, hasta que en un momento dado desde el SP confederal y siendo Paula Ruiz secretaria de la mujer se decidió que los grupos creados dejaran de existir.
De esta manera se cierra la colaboración y la coordinación en temas feministas a los grupos de mujeres y afiliadas, dando solo voz a aquellas que son secretarias de la mujer en los diferentes sindicatos, bajo el argumento de que eso es lo orgánico y estatutario.
A partir de ahí se da la paradoja de que acuden secretarías sin participación, únicamente orgánicas y nominales, mientras que no son admitidos grupos de mujeres que vienen trabajando y participando dentro del sindicato. Aquí empieza la lucha feminista dentro de la organización, pues las mujeres de dan cuenta del escaso valor que se le da al feminismo en el sindicato, y la hipocresía que supone defender los valores feministas de puertas para afuera, mientras en la propia organización interna se ignora a las mujeres que tienen mucho que aportar. El Secretariado Permanente confederal disuelve el grupo de coordinación feminista y muchas de las militantes de CGT que no están de acuerdo con esta cancelación crean un nuevo grupo denominado “Indomables”. El nombre hace referencia a la película “Indomables, una historia de mujeres libres”, cuyo argumento versaba sobre la creación en 1936 de la revista «Mujeres Libres» y de la celebración en Valencia del primer congreso estatal de la Federación Nacional de Mujeres Libres, organización feminista y anarquista que tenía como objetivo “que las mujeres se liberasen por ellas mismas de la cruel servidumbre de la ignorancia”.
Las huelgas generales feministas y el Congreso Confederal de Mérida
En este contexto de malestar dentro de la CGT, se convoca el Congreso extraordinario de Mérida para abordar la segunda huelga feminista general el 8M de 2019, donde queda patente que la organización va muy por detrás del movimiento feminista y del contexto social del momento, marcado por el enorme impacto de las manifestaciones de la huelga feminista general del 8M del 2018.
Marga recuerda que la huelga feminista de 2018 fue todo un éxito, convocada por CGT a petición del movimiento feminista, a nivel estatal y autonómico, y recuerda también cómo en Euskal Herria CGT/LKN y CNT convocaron prácticamente en solitario, mientras los sindicatos de “la mayoría sindical vasca” (LAB, ELA, STEE, ESK…) convocaron un paro de 5 horas. A pesar de todo fue un éxito de ilusión y participación feminista, por lo que Marga no entendía cómo la misma organización que en 2018 apoyó totalmente la huelga feminista, en 2019 experimentaba un retroceso tan grande.
Se trataba simplemente de añadir la palabra “feminista” detrás de la palabra “huelga”, para dejar claro que la CGT convocaba no una huelga general al uso, sino que se trataría de una auténtica huelga feminista. Los hechos acaecidos en el congreso confederal fueron del todo deleznables: se le quita la palabra a las mujeres que estaban interviniendo, se les insulta, se les abuchea. Las mujeres sufren la violencia en su propia carne, y no sólo desde las personas que se encuentran como asistentes, sino desde la propia mesa del Congreso.
Lo que ocurre en el congreso es tan grave que varias mujeres afiliadas que no se conocían de nada, mujeres jóvenes, mujeres veteranas, mujeres de diferentes territorios, mujeres con cargos orgánicos, mujeres simplemente afiliadas… todas ellas se unen de manera espontánea en asamblea en la calle para debatir sobre lo sufrido en el congreso, para “lamerse las heridas” y para finalmente buscar las soluciones posibles para que la CGT no continúe con la deriva machista, heteropatriarcal, violenta y dictatorial que se había mostrado en Mérida. Se hizo un escrito conjunto para presentar en la mesa del Congreso, denunciando las formas violentas de trato y los subterfugios utilizados para rechazar las ponencias feministas, y los votos particulares, escrito que ni siquiera recogieron.
El nacimiento del grupo Libertarias
A raíz de estos hechos tan graves, muchas mujeres decidieron reunirse en Ruesta para debatir, compartir y crear de nuevo una red sólida de mujeres dentro de la organización, autodenominándose Libertarias, y convirtiéndose en un grupo libertario feminista, horizontal, colaborativo, combativo, de apoyo mutuo. Marga sonríe al recordar este primer encuentro en Ruesta, embrión de otros posteriores como el de Vallvidrera y Caldes d´Estrac (Barcelona) y Mahón (Menorca). Reflexiona y afirma que el futuro de Libertarias “lo estamos construyendo entre todas nosotras, con nuestra fuerza, rebeldía, sororidad, cuidados, debates, estrategias, radicalidad… Queremos llevar el anarcofeminismo a toda la organización y acuerparnos entre nosotras, si tocan a una nos tocan a todas, y esto no es sólo es un slogan. ¡Se acabó!”.
Observa que es necesario nombrar la lucha del movimiento feminista a nivel más amplio que CGT, tal y como ella ha hecho participando en Bilbo Feminista Saretzen (movimiento feminista de Bilbao, plural y unitario) desde hace muchos años, en las distintas campañas como 8M, 25N, 26A (día de la visibilidad lésbica) y en las concentraciones por asesinatos machistas y agresiones sexuales. Un ejemplo de organización.
Afirma que es importante visibilizar el hecho de que la “Huelga Feminista General de Cuidados”/”Greba Feminista Orokorra” fue convocada en Euskalherria el 30 de noviembre de 2023 por todos los sindicatos, incluido CGT, (a la que no se sumaron ni CCOO ni UGT), en defensa de la plataforma “Denon Bizitzak Erdigunean” (las vidas de todas en el centro), y por un sistema comunitario de cuidados, público, de calidad, universal y gratuito, contra las privatizaciones, a favor de un derecho colectivo al cuidado. Recuerda Marga que algunas colectivas de mujeres migradas y gitanas decidieron no participar en la huelga, por sentirse excluidas del mercado laboral, y para ella es precisamente ahí “donde debemos estar todas las feministas acuerpando sus reivindicaciones, ¡Regularización Ya!, ¡fuera la Ley de Extranjería! , ¡Sin papeles no hay derechos y sin derechos no hay huelga!”
La lucha contra el racismo y en defensa de las pensiones públicas
Como activista constante, Marga continúa en otras luchas sociales, como son la lucha antirracista y la pensionista. Desde la creación en 2016 de la Plataforma Ongi etorri errrefuxiatuek/Bienvenidas refugiadas (que a su vez está incorporada en la plataforma estatal “caravana abriendo fronteras” surgida a partir de la crisis migratoria provocada por la guerra de Siria) todos los años participa (y van 8 ya), en estas caravanas de reivindicación y denuncia de las políticas migratorias europeas a zonas donde se vulneran los derechos humanos de las personas migrantes como Grecia, Italia, Francia, Canarias, Ceuta, Melilla, Bruselas. En estas convocatorias se van tejiendo redes con personas y organizaciones y colectivos comprometidas en su defensa y Marga, orgullosa de haber participado en todas ellas, junto a compañeras caravanistas de CGT clama “¡¡Ninguna persona es Ilegal!!”
Por último, nos habla del movimiento pensionista, con el que lleva 6 años concentrándose todos los lunes ante los ayuntamientos, reivindicado entre otras cosas, una pensión mínima de 1080 €, que ya empieza a quedarse corta, además de apoyar las acciones realizadas como encierros, huelga de hambre, marchas, manifestaciones, denuncias ante el Parlamento Vasco… Marga explica que es un movimiento vivo. ¡Pentsionistak Aurrera!
Hacia una CGT feminista
Marga, un ejemplo motivador de activista social, y que lleva en las luchas más de 40 años, admite que la CGT, como organización, tiene muchos retos por delante, pero que es fundamental mirar al futuro y dejar las peleas intestinas, que hay que seguir luchando por lo colectivo, por lo público; que la lucha social es tan importante como la sindical, que es necesario saber dejar paso y hacerse a un lado, y lo importante… incorporar el feminismo, y el antirracismo en sus estatutos.
Para que la CGT sea realmente una organización feminista lo primero que tiene que hacer es tomar conciencia y trabajar internamente, dentro del sindicato: desde introducir en los estatutos la palabra feminista, en la descripción de la organización, hasta revisar las formas que tenemos de funcionar, el lenguaje que estamos usando, los protocolos que estamos creando… Se da la paradoja de que para el exterior negociamos planes de igualdad, protocolos de acoso, etc… y luego dentro de la casa faltan muchas cosas. Hay que erradicar las formas heteropatriarcales, la misoginia y el machismo, no es de recibo que se sigan presentando listas al Secretariado Permanente prácticamente que son masculinas en su totalidad, salvo la secretaria de la mujer, si se presenta; tampoco podemos tolerar el ninguneo cuando no el acoso a las mujeres de la organización que expresamos nuestras ideas y somos tachadas de radicales o tóxicas, y nos pasa a muchas, estas conductas son totalmente inaceptables en esta organización, ¿para cuándo la paridad que reivindicamos? y para ello hay que sensibilizar con formación, tomárselo como una prioridad y no permitir ningún tipo de acoso o abuso.
A pesar de todo ello, Marga tiene confianza y es optimista con el nuevo equipo que salió del Congreso de Zaragoza, pero aún hay mucho trabajo por hacer. Hay que repasar los principios anarcofeminista, que no se nos olviden las “mujeres libres” que se vieron obligadas a crear una organización paralela para defender sus derechos.
¡¡llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones!!
¡¡Gora emakumeok borroka!! ¡¡Viva la lucha feminista!!
Este artículo se publicó en el Libre Pensamiento nº 116, invierno 2024