La resistencia al cambio en el camino hacia la policía comunitaria

Miguel Ángel Gandarillas. Presidente del Instituto de Innovación en Organización y Desarrollo Social y profesor del Departamento de Psicología Social, del Trabajo y Diferencial de la Universidad Complutense de Madrid

La primera vez que escuché de un mando policial un discurso diferente al acostumbrado fue cuando entrevistamos al jefe de formación en policía comunitaria de un Estado de Brasil, el cual estaba promoviendo la formación en métodos del policía comunitario por toda América Latina. Nos razonó:

“Si los agentes de seguridad pública deben proteger sobre todo a aquellos ciudadanos más desprotegidos, indefensos, vulnerables y en riesgo, a los que primero tienen que proteger es a los más pobres”.

Sinceramente, yo nunca había pensado así en el papel del policía, porque había crecido acostumbrado a ver a la policía trabajando de la manera clásica, y lo tenía normalizado. Corría el año 2011, nosotros estábamos haciendo una gira internacional para conocer diferentes métodos policiales gracias en parte a una financiación de la Comisión Europea (CE) para mejorar la seguridad en nuestra sociedad diversa. Todo había empezado cuando, viviendo en el barrio de Lavapiés, veíamos que la forma de trabajo de la policía no era especialmente eficaz, ni generaba satisfacción en los ciudadanos, ni ayudaba a la convivencia de un barrio altamente diverso. Me dispuse a analizar cómo poder contribuir a mejorar la seguridad y la convivencia en una sociedad diversa que en el fondo siempre ha estado presente. Así, conseguimos la financiación necesaria para dar una vuelta por más de 10 países conociendo malas y buenas prácticas, siempre en los barrios más inseguros de las ciudades visitadas.

El modelo de seguridad ciudadana en el que trabajamos parte inicialmente de autores como Trojanowicz y Bucqueroux (1998) y Goldstein (1990) que describen sus enfoques de policía comunitaria y de policía centrada en los problemas, respectivamente.  Así, surgen experiencias de implantación de estos modelos en EEUU a partir de los años 80, impulsados también por la Oficina federal de Servicios de Policía Comunitaria (Community-Oriented Policing Services,) y de las experiencias de los juzgados comunitarios, impulsados por el Center for Court Innovation.  En ambos casos, la filosofía es ir a las causas que generan la inseguridad y la injustica en el barrio y trabajar de forma proactiva para reducirlas. Subrayo ir porque yo pude ver cómo policías, jueces y fiscales se pateaban físicamente el barrio para conocerlo en profundidad y entender cómo estaba la seguridad y la justicia en la comunidad local, procurando llegar a aquellos que más necesitan de sus servicios. Diagnosticando con los vecinos los factores que afectan a la seguridad y la inseguridad, la justicia y la injusticia, pueden diseñar participativamente soluciones y organizarlas en planes y acciones de seguridad y justicia para el barrio o comunidad local. Para el policía comunitario o de barrio se trata de ampliar sus competencias, integrando la prevención y reducción de la inseguridad y la promoción de la seguridad a partir de un conocimiento profundo y una relación mutua con la comunidad local y diversa.

De nuestras visitas a países como Holanda, Reino Unido y Alemania aprendimos que se trata también de contribuir al desarrollo de la comunidad local con el trabajo conjunto de equipos de agentes comunitarios incluyendo policías comunitarios, trabajadores sociales, educadores sociales, psicólogos comunitarios, agentes de la economía y el trabajo, de la salud comunitaria, del medio ambiente, de la justicia, y de la vivienda. En Madrid hicimos en extenso estudio en el Distrito Centro, dividiendo el trabajo participativo por barrios, que después aunamos en conferencias de distrito, con la participación de vecinos, expertos, y agentes del Ayuntamiento, de lo que surgió una serie de propuestas y soluciones utilizando técnicas participativas de creatividad e innovación social. También creamos el Programa Comunitario de Seguridad Ciudadana, sito en el Centro Comunitario del Casino de la Reina (Lavapiés) en el que ofrecíamos apoyo psicosocial a personas con problemas de seguridad y convivencia. También recibíamos casos derivados de la Policía Municipal, sobre todo de casos enquistados que la policía veía que podían también  tener un tratamiento psicosocial (además de la actuación policial y judicial).

Los resultados de la investigación y del trabajo de este proyecto europeo, llamado Seguridad en Diversidad se pueden consultar en Gandarillas y Gómez (2014a). Con los resultados de la investigación definimos, también de forma participativa con todos los actores sociales, un modelo de seguridad ciudadana para la sociedad diversa, disponible en el libro Manual de Seguridad Ciudadana para el Profesional en la Sociedad Diversa (Gandarillas y Gómez, 2014b). Ambos libros están disponibles con acceso abierto en internet. Es de resaltar por ejemplo, el capítulo del Manual, escrito por los expertos del Center for Court Innovation, que describen desde su experiencia cómo implantar un Centro de Justicia Comunitaria en una ciudad como Madrid.

Una vez acabado el proyecto europeo, con una valoración excelente de la CE, le pedimos de nuevo financiación para implantar el modelo en el Distrito Centro de Madrid. Desde el Instituto InNODS (Innovación en Organización y Desarrollo Social), pequeña entidad de I+D+i que yo dirigía, nos presentamos a la responsable de seguridad ciudadana del Ayuntamiento de Madrid para ofrecerles que lideraran formalmente el proyecto a financiar por la CE. La respuesta de la responsable fue, “pero esto de policía comunitaria es muy antiguo, ya se intentó en los países socialistas y en la URSS y fue un fracaso”. Parece que confundió “comunitario” con “comunista” a pesar de que le aclaré que el enfoque de policía comunitaria comenzó en EEUU, país poco achacable de comunista. A dos días de que terminase el plazo de la convocatoria europea para financiar la implantación del modelo, un alcalde (del mismo partido político) de un municipio cercano me dijo que él sí que estaba interesado. Lo presentamos para dicho municipio, conseguimos la financiación e hicimos el proyecto allí. Aunque el proyecto tuvo una continuidad limitada, debido a varios factores como ciertas resistencias al cambio, y finalmente el cambio de equipo de gobierno, el breve tiempo de que dispusimos para implantar un método que requiere de un compromiso a largo plazo de diferentes actores, los resultados fueron prometedores al final de los dos años que duró el proyecto (ver Gandarillas & Delgado, 2022, sobre los resultados del proyecto, y Gandarillas, 2022, sobre una evaluación del proyecto).

En Madrid continuamos esos años promoviendo el modelo policial a través de cursos de formación policial y de encuentros con responsables y agentes del ayuntamiento. Cuando cambió el equipo de gobierno en el Ayuntamiento de Madrid, el nuevo concejal de seguridad ciudadana se interesó especialmente en el modelo, y nos contrató para asesorar el inicio de su implantación en el municipio de Madrid. La idea era la de volver a generar un espacio participativo de estudio de las necesidades y problemas de seguridad ciudadana en Madrid para de forma participativa diseñar el sistema a implantar. Desafortunadamente, al comenzar el proyecto, el diario El País publicó en portada nacional una información errónea sobre lo que supuestamente el Ayuntamiento quería hacer, que rápidamente la mayoría de los medios de comunicación lo titularon como “el plan bolivariano del ayuntamiento”, “los soviets”, o la implantación de “comisarios políticos en los barrios de Madrid”. Los partidos políticos de la oposición rápidamente lanzaron consignas como que el ayuntamiento “pone en marcha sus soviets”, o hasta una rocambolesco acusación en un Pleno del Ayuntamiento señalando que, “el ayuntamiento ha contratado a dos personajes de Juegos de Tronos como asesores” (es decir, nosotros) para implantar el modelo policial. El Ayuntamiento tuvo que cancelar el proyecto, ante lo cual también se publicaron noticias erróneas sobre lo que nos pagaron al cancelarlo, etc. Madrid perdió una gran oportunidad de ponerse a la brecha en innovación en seguridad ciudadana a nivel nacional e internacional. Mientras tanto, los problemas que motivaron inicialmente estos estudios continúan sin solucionarse, incluso agravándose de forma recurrente.

¿Cuáles fueron las razones del fracaso? En nuestros análisis e investigación encontramos varios factores, relacionados con resistencias al cambio:

  • El gran desconocimiento (a nivel general) sobre enfoques actuales de seguridad ciudadana, sobre su filosofía y sobre sus conceptos que hay tanto entre los niveles políticos y policiales y demás agentes públicos y privados de diferentes campos relacionados (agentes judiciales, trabajadores y educadores sociales…).
  • Los intereses de algunos sectores políticos y policiales por no soltar el monopolio patrimonial del campo de la seguridad ciudadana.
  • La resistencia a hacer un esfuerzo de cambio de mentalidad y de hábitos de los diferentes agentes y actores implicados y el miedo a la incertidumbre que ello supone. 

 Los enfoques de policía comunitaria o de barrio (ver Gráfico 1) ofrecen al policía que trabaja sobre el terreno desplegar todo su potenciales y sus competencias a nivel profesional, pudiéndole situar en cuanto a su nivel de cualificación como lo es un médico o enfermera en la salud, un arquitecto en la edificación, un economista en la economía, o un juez o fiscal en la justicia. Entendemos que la seguridad ciudadana es uno de los principales valores y necesidades de nuestra sociedad, pero preservar la seguridad ciudadana es una misión altamente compleja que requiere de profesionales sobre el terreno tan altamente cualificados como el resto de los profesionales mencionados, cada uno en su campo.  El enfoque que defendemos es elevar el prestigio del agente de policía de cara a la ciudadanía desde su autoridad de experto, y no tanto como “agente de la autoridad”. Un enfoque que se extiende por todos los países, y que está avalado y promovido por numerosos organismos internacionales como la ONU (2011) y la OSCE (2014).

Para reducir estas resistencias al cambio, se sugiere aquí algunas líneas de trabajo:

  • Se recomienda a los representantes políticos que viajen y conozcan las buenas experiencias en materia policial y de seguridad ciudadana que están surgiendo en muchos países del mundo.
  • Las universidades y de las administraciones públicas deberían trabajar en la línea de que a medio o largo plazo todos los agentes de policía cuenten con una formación de grado y de postgrado regulada y profesionalizante.
  • Sería fundamental que las estructuras de trabajo a nivel de comunidad local incluyan equipos inter-sectoriales (como policías, trabajadores sociales, educadores sociales, psicólogos comunitarios, agentes de salud comunitaria, de justicia, medio ambiente, economía y empleo y de vivienda) que conozcan bien al barrio, a sus problemas y sus recursos, y que al mismo tiempo conozcan y se relacionen directamente con el vecindario. Es importante que el campo de la seguridad ciudadana (como otros campos) sea también compartido con agentes de otros campos, ya que los problemas de inseguridad son multifactoriales y requieren de acciones globales e inter-profesionales.
  • Se recomienda a políticos y medios de comunicación que no conviertan el campo de la seguridad ciudadana en una excusa para la batalla partidista, y abran el análisis de las necesidades y soluciones a todas las partes implicadas (expertos policiales, de campos afines, criminólogos, y ciudadanía en general).

Este artículo se publicó en el Libre Pensamiento nº 114, verano 2023

Referencias

Goldstein, H. (1990). Problem-Oriented Policing. New York: McGraw Hill.

Trojanowicz, R.C. y Bucqueroux, B (1998). Community Policing: How to Get Started. Cincinnati, Ohio: Anderson Publishing Company.

Gandarillas, M.A. & Delgado, J. (2022). Un sistema innovador de gobernanza comunitaria aplicada a la seguridad ciudadana desde enfoques psicosociales. En R. Pérez (Coord), Empresa, Economía y Derecho. Oportunidades ante un Entorno Global y Disruptivo (pp. 16-43). Dykinson.

Gandarillas, M.A. & Cueva, A. (coords)(2015): The Governance of Public Safety and Justice in a Diverse Society. Spain: Arganda del Rey City Council. DOI:10.6084/m9.figshare.9878804.

Gandarillas, M.A, & Gómez, L. (2014a). Seguridad ciudadana comparada aplicada a la sociedad diversa. Madrid: IE Universidad y CultivaLibros. ISBN: 9788416162093. Depósito Legal: M-8245-2012. https://doi.org/10.6084/m9.figshare.9878864

Gandarillas, M.A, & Gómez, L. (2014a). Manual de seguridad ciudadadana en la sociedad diversa. Madrid: IE Universidad y CultivaLibros. ISBN 13: 978-84-9923-989-7. Depósito Legal: M-8243-2012. http://www.innods.net/Manual_de_seguridad_ciudadana_Gandarillas&G%C3%B3mez.pdf.

ONU (United Nations Office on Crime and Drugs)(2011). Introductory Handbook on Policing Urban Space.

OSCE (Organization for Security and Co-operation in Europe)(2014). Preventing terrorism and countering violent extremism and radicalization that lead to terrorism: A community-policing approach. OSCE Office for Democratic Institutions and Human Rights (ODIHR).