Sección Sindical Unitaria de la CGT en Navantia-Ferrol
Nuestra sección sindical es relativamente reciente: se formó en 2018. Fue una decisión unánime del Sector Crítico de CCOO de nuestra factoría.
Uno de los aspectos que provocaban choques constantes dentro de CCOO era la actitud hacia la subcontratación y los trabajadores subcontratados.
A finales de 2017, las compañías auxiliares iniciaron una huelga indefinida. Durante sus 22 días, CCOO actuó descaradamente al servicio de la patronal, intentando por todos los medios reventar la huelga. Esta fue la gota que colmó el vaso, el punto de inflexión definitivo.
Iniciamos una reflexión colectiva sobre la situación y el futuro del sindicalismo. Decidimos que era mejor empezar de cero con una mano delante y otra detrás, que seguir en un sindicato que estaba al servicio de la empresa. Analizamos todas las posibilidades: ¿organizar un colectivo sindical de empresa o afiliarnos a un sindicato de clase? ¿Afiliarnos a un sindicato ya existente en nuestra factoría o formar uno nuevo?
La decisión final, también unánime, fue que había que irse a un sindicato (porque los colectivos de empresa acaban, a largo plazo, en el corporativismo), que era mejor irse a uno nuevo (para tener las manos totalmente libres para impulsar un sindicalismo combativo, de clase y asambleario) y que la opción era la CGT.
Concertamos una cita en A Coruña y nos reunimos con dos responsables, les explicamos quiénes éramos y lo que queríamos, pero pusimos una condición para integrarnos en la CGT: queríamos formar una única sección sindical para todos los trabajadores de la factoría, sin distinguir entre principal y compañías.
Diagnóstico de la situación
La división que hoy vemos en el recinto de las grandes empresas, también las públicas, es tremendamente negativa: división entre fijos y eventuales, división en función de la antigüedad (dobles escalas de derechos), división entre los de la principal y los de las contratas, división de los trabajadores de contratas entre multitud de empresas, división incluso entre los trabajadores de un mismo empresario que opera con más de una compañía…
Aun encima, la subcontratación es en muchas ocasiones en cadena, lo que agrava sus efectos. Evidentemente, cuanto más abajo en la cadena de subcontratación, peores condiciones laborales.
Todas estas divisiones favorecen la explotación de los trabajadores/as y son igual de perjudiciales que las divisiones gremialistas contra las que tuvo que luchar el sindicalismo de clase durante su proceso de formación.
Un enfoque de clase ante la subcontratación
Un factor decisivo para que se dé esta situación es la complicidad de los sindicatos mayoritarios de la empresa principal, que asumen un modelo de empresa basado en la subcontratación masiva y tratan a los subcontratados como trabajadores de segunda (o de tercera, o de cuarta…). En cualquier factoría de Navantia hay múltiples ejemplos de ello.
Si esta situación fuese una excepción, si sólo ocurriese en Navantia, se podría achacar a causas particulares. Pero no es una excepción. Las secciones sindicales de los sindicatos mayoritarios de las grandes empresas a lo largo y ancho del país llevan años abandonando a su suerte a los trabajadores subcontratados, y también oponiéndose a sus luchas cuando la explotación que sufren provoca un estallido.
Superar todas esas divisiones creadas por los empresarios y actuar dentro de cada fábrica como un único movimiento obrero, que el problema de unos sea el problema de todos,es una cuestión de ser o no ser para el sindicalismo de clase.
Superar las divisiones
Lo primero para luchar contra todo esto es oponerse a los procesos de destrucción de empleo digno y fijo en las empresas principales, para evitar que la situación siga degenerando.
Lo segundo, luchar por unas condiciones laborales dignas comunes para todos los subcontratados, por la equiparación salarial entre las contratas y la principal, por la contratación directa por la principal, etc.
Y lo tercero, impulsar una dinámica sindical conjunta entre todos los trabajadores del recinto.
Habrá quien califique este enfoque de poco “realista”, pero la verdad es que los intereses generales son comunes para todos los trabajadores. Por eso somos una clase social, la clase obrera, y por eso las mejores armas para obtener nuestras reivindicaciones son la unidad y la lucha.
Nuestra sección sindical
Nosotros quisimos empezar a reconstruir esa unidad formado la Sección Sindical Unitaria de la CGT en Navantia-Ferrol.
Unitaria porque queremos unir a todos/as los trabajadores/as de nuestra factoría. Uno de nuestros fundamentos es ese principio básico del movimiento obrero llamado SOLIDARIDAD, tan olvidado por el sindicalismo oficial. La unión hace la fuerza.
Y somos una sección sindical “en” Navantia-Ferrol (y no “de” Navantia-Ferrol) porque no nos consideramos sindicalistas de Navantia-Ferrol, sino sindicalistas a secas: luchamos por los intereses de todas las personas trabajadoras porque formamos una sola clase. Todos vamos en el mismo barco, y nosotras, personas trabajadoras del sector naval, debemos ser las primeras conscientes de ello.
Estas ideas no sólo las escribimos “discretamente” en textos como este. Es nuestro discurso público en la factoría. Y con él obtuvimos tres delegados en las primeras elecciones a las que nos presentamos (2019), quedando a sólo un voto de sacar el cuarto.
Una anécdota en relación con esto: cuando estábamos preparando esas elecciones, un trabajador de la industria auxiliar nos dijo: “Oye, de lo de la subcontratación nos digáis nada en la propaganda, que os resta votos”. Nuestra respuesta fue: “Eso va a ser lo primero. Es lo que pensamos y, además, el día de mañana, cuando haya un conflicto en la industria auxiliar, la CGT os dará total apoyo, y a la parte insolidaria de la principal le podremos decir: “No engañamos a nadie, estamos haciendo lo que llevábamos en el programa y dijimos que íbamos a hacer. Quien nos votó sabía lo que votaba”.
De lo que se trata es de ser coherentes con nuestros juicios, en vez de ceder a los prejuicios de los demás (aunque sean mayoritarios). El tiempo, que da y quita razones, decidirá qué sindicalismo sirve para defender los intereses generales de la clase obrera.
Cómo vencer la desconfianza
Somos plenamente conscientes de las dificultades para construir el sindicato entre los compañeros subcontratados por culpa de todo el daño causado por el régimen de “apartheid” que CCOO y UGT llevan practicando desde hace años.
La primera de esas dificultades es la desconfianza hacia todo lo que provenga de la empresa principal. Por eso la única manera de reconstruir la unidad de clase en la fábrica es demostrando en los hechos que defiendes a todas las personas trabajadora, no sólo a las de “tu” empresa.
Nuestro enfoque es estratégico. Sabemos que llevará tiempo. Todavía no podemos decir que tengamos organización en la industria auxiliar. Pero ya tenemos afiliados en seis compañías distintas. Es un primer paso. Estamos seguros de que le seguirán más.
Nota: Sobra decir que la CGT de A Coruña aceptó la condición que pusimos 😉
2-Octubre-2022
[Este artículo se publicó en el Libre Pensamiento número 112 de otoño de 2022]