Salir de una cárcel invisible. La experiencia del Sindicato de Manteros de Barcelona.

Lamine Sarr. Sindicato de Manteros de Barcelona.

En 2015 cuando decidimos formar nuestro propio sindicato, las organizaciones sindicales no hablaban de las personas sin papeles ni de la venta ambulante. Tampoco le daban mucha importancia a la ley de extranjería y a la lucha contra el racismo. Por eso decidimos formar nuestro propio sindicato.

El sindicato de manteros de Barcelona nació en 2015 como respuesta a la represión policial contra las personas migrantes que trabajan en la venta ambulante.

El 11 de agosto de 2015, la policía local de Salou (Tarragona) realizó una redada contra los vendedores callejeros migrantes. Durante la operación, los agentes entraron a registrar la vivienda de Mor Sylla, un trabajador de origen senegalés, que al tratar de huir por el balcón cayó al vacío y falleció. Mor Sylla llevaba 15 años en España trabajando en distintas profesiones. A raíz de la crisis económica de 2008, perdió su empleo y empezó a trabajar en la venta ambulante.

La represión policial de 2015 contra los manteros estaba impulsada por la Ley Mordaza aprobada en julio de ese mismo año, que volvía a criminalizar como delito la venta callejera, que había sido despenalizada en 2010.

Con la Ley Mordaza, las personas dedicadas a la venta ambulante pueden ser detenidas, sometidas a juicio y en caso de condena, perder los papeles, quedando así en situación de indefensión. Por eso es tan importante que se derogue cuanto antes esta ley y por eso en 2015 se formó el sindicato de manteros, para defendernos de los abusos policiales y para luchar por nuestros derechos.

Movilización contra la represión del Ayuntamiento de Barcelona a los vendedores ambulantes

¿Por qué un sindicato?

Inicialmente en el Sindicato de Manteros había personas migrantes originarias de Bangladesh, Pakistán, Gambia y Senegal. Con el tiempo, la asociación pasó a estar compuesta principalmente por senegaleses.

El Sindicato de Manteros no está reconocido legalmente como un sindicato, pero nuestra lucha es la misma que la del resto de sindicatos. Por una parte, la lucha sindical. Denunciamos los abusos que sufrimos en la calle, la persecución policial, el racismo. Por otra parte, proporcionamos asesoramiento legal para conseguir la regularización de los migrantes sin papeles. Tenemos una asesoría legal gratuita, que se sostiene con el trabajo voluntario.

Somos una organización asamblearia, las decisiones importantes se toman en la asamblea, donde todas las personas pueden participar.

Resultados concretos de la movilización y la negociación

Gracias a la lucha, hemos conseguido la regularización de 140 personas. Esto es un logro muy importante, teniendo en cuenta que vivir sin papeles es vivir en una cárcel invisible.

Hemos conseguido sentarnos con la administración a negociar un plan de empleo con los compañeros. Hemos forzado a negociar al Ayuntamiento de Barcelona y a la Generalitat de Catalunya.

Como cualquier sindicato, utilizamos la presión de la movilización para denunciar situaciones injustas y para forzar a negociar a las instituciones y conseguir mecanismos de regularización.

Hemos conseguido formar una cooperativa negociada con los partidos políticos del Ayuntamiento de Barcelona, que en el pleno municipal aprueban la financiación pública para que el proyecto pueda salir adelante.  Inicialmente se trata de una cooperativa de vendedores ambulantes de ropa y artesanía en los mercadillos y con el tiempo, la cooperativa crea su propia marca de ropa, Top manta, y abre una tienda física. Además, hemos puesto en marcha un taller de formación de confección, que fabrica ropa para su venta por parte de la cooperativa y por parte de otras empresas.  En la cooperativa trabajan 14 personas con contrato y en la asociación otras 7.

¿Por qué formar un sindicato propio y no integrarse en otro sindicato?

En 2015 cuando decidimos formar nuestro propio sindicato, las organizaciones sindicales no hablaban de las personas sin papeles ni de la venta ambulante. Tampoco le daban mucha importancia a la ley de extranjería y a la lucha contra el racismo. Por eso decidimos formar nuestro propio sindicato.

En las campañas de movilización colaboramos con otros sindicatos como CGT o CNT, pero no tenemos alianzas estables.

Hemos establecido relaciones más permanentes con otros colectivos sociales que no son sindicatos como asociaciones de mujeres migrantes, grupos antirracistas o colectivos de afrodescendientes.

Desde el Sindicato de Manteros de Barcelona hemos realizado viajes de expansión a otras ciudades para ayudar a formar otros sindicatos de manteros. Trabajamos de forma coordinada con otros sindicatos similares que se han formado en Bilbao, Zaragoza, Madrid y Málaga.

¿Qué os gustaría que cambiara en los sindicatos en relación con las personas sin papeles y la venta ambulante?

Los sindicatos podrían hacer más esfuerzos por incluir a los inmigrantes en sus organizaciones. Podrían crear un departamento dedicado a la lucha por los derechos de las personas migrantes y sin papeles.

Los sindicatos no dan la importancia que se merece a las cuestiones que afectan a las personas migrantes y sin papeles. El derecho al asilo, los problemas con los empadronamientos, los requisitos abusivos para la regularización… Desde fuera pueden parecer cosas pequeñas, pero no son pequeñas, son muy importantes, porque son cosas que te cambian la vida. Para poder demostrar el arraigo, necesitas empadronamiento durante tres años, pero hay ayuntamientos donde ponen trabas al empadronamiento de personas migrantes.

Conseguir los papeles supone poder acceder a un contrato y un empleo, poder alquilar una casa, tener asistencia sanitaria.

Si juntamos las luchas es mejor para todas las personas trabajadoras, con papeles y sin papeles.

Este artículo se publicó en el Libre Pensamiento nº 116, invierno 2024