Seguí y el sindicato

Manuel Marino, Raúl Ortega, Francisco Romero y María Luisa San José. Fundación Salvador Seguí.

Al igual que Salvador Seguí propuso la sustitución de los antiguos sindicatos de oficios por el Sindicato Único de sector, hoy, en un mundo laboral sumamente complejo con contratas, subcontratas, autónomos y teletrabajo, quizá sería necesario repensar los marcos organizativos para facilitar la solidaridad y la lucha conjunta de diferentes “sectores”.

Salvador Seguí, el Noi del Sucre

Para Seguí el sindicato es el primer paso que dan los trabajadores en la formación de su conciencia organizativa y de clase: “es más fácil al esclavo del salario darse cuenta de su situación angustiosa y del proceder de la burguesía, que no de la tiranía política y de la farsa religiosa, ya que aquélla es la que siente con más intensidad dado que su salario es insuficiente para cubrir las más apremiantes necesidades de la vida”. El sindicato es el lugar donde los trabajadores se forman, en el sentido amplio de la palabra, y descubren los valores de la solidaridad y de la lucha: “nosotros educamos al trabajador en un ambiente de confianza en la propia voluntad y en el propio esfuerzo (…) les enseñamos, sencillamente, a luchar contra todos los que sean sus enemigos”. Por lo tanto, no bastaba con la simple afiliación del trabajador a la organización, era precisa la formación ideológica y práctica.

Hoy, el peso de la ideología dominante y la desestructuración del mundo del trabajo dificultan la identificación del trabajador como tal. Por tanto, es una labor prioritaria de las organizaciones sindicales actuales resaltar la importancia del ámbito sindical y el valor de la solidaridad en la lucha por un mundo más justo.

Las dificultades para organizar los sindicatos en la España del primer tercio del siglo XX son múltiples. Las clases dominantes -burguesía y grandes terratenientes- mantienen una posición hostil a los intentos de los trabajadores de organizarse. Los conflictos laborales se trataban como problemas de orden público: CNT sufre continuas prohibiciones y suspensiones, junto al cierre de su prensa, las detenciones y atentados contra los sindicalistas, etc., lo que constituye una causa importante de las dificultades para las tareas organizativas y de expansión. Ante estos problemas para llevar una vida normal se plantea, en principio, la necesidad de organizar a aquellos trabajadores de firme militancia para resistir los embates de la represión, “nos interesó al principio tener diez trabajadores capacitados, dignos y conscientes de sus deberes y de sus derechos y no tener diez mil obreros que no supiesen resistir la persecución, el atropello, el hambre, la cárcel, toda esa lista de infamias con que se nos ha intentado amedrentar”.

CNT fue el resultado de largas experiencias de organización sindical que hunden sus raíces en el siglo XIX. Las prohibiciones y persecución al sindicalismo de raíz anarquista fue una constante histórica. En ese marco se genera una militancia muy combativa y forjada en las dificultades. Los interlocutores -en algunas ocasiones, pequeños empresarios con prejuicios sobres las organizaciones sindicales- tratan los conflictos laborales como asuntos de orden público. El incumplimiento de los acuerdos generaba la presión y la movilización. Estas relaciones conflictivas y violentas generaban cierta rebeldía entre los trabajadores, y facilitaba el crecimiento y prestigio de la CNT.

De todos los planteamientos de Salvador Seguí, quizás sea el Sindicato Único el proyecto sindical más importante y con más proyección. Aprobado en el congreso de Sants (1918) y, posteriormente, ratificado en el de la Comedia (1919), a nivel estatal, supone un gran avance para la CNT, adaptándose a la nueva organización del mundo del trabajo con conflictos más complicados y empresas de mayores dimensiones. Reduce la estructura burocrática y acaba con una tradición sindical atomizada en sindicatos de oficios, divididos a su vez en categorías profesionales. La nueva organización se muestra más eficaz y moderna en tanto que potencia la comunidad de intereses y de solidaridad entre los obreros cualificados, los especialistas y los peones, cuya cualificación y diferencia de remuneración tendían a dividirlos.

Huelga de La Canadiense, abril de 1919. Con esta huelga se logró la jornada de 8 horas en España

En la actualidad, observamos en los sindicatos que las grandes secciones sindicales estatales realizan una actividad sindical, a veces, demasiado corporativa y sin contacto con su sector laboral y el resto de la organización. Tal vez en un mundo laboral sumamente complejo con contratas, subcontratas, autónomos, teletrabajo, etc. sería necesario repensar los marcos organizativos para facilitar la solidaridad y la lucha conjunta de diferentes “sectores”.

Su idea de organización sindical es de ámbito estatal, sin olvidar la necesidad de coordinarse y buscar relaciones internacionales, “de poco nos serviría esta fuerza inmensa, que se sostiene por la tenacidad y la convicción del proletariado catalán, quedara encerrada en los muros de lo que se dice o se llama Cataluña solamente, por eso tenemos necesidad de ponernos en comunicación con todos los obreros españoles y tenemos necesidad de ponernos en contacto con todos los de fuera de España”.

Este planteamiento le permite establecer pactos puntuales con UGT que propician las huelgas generales de 1916 y 1917. Consciente de las debilidades de CNT, con una fuerte implantación en Cataluña, pero muy dispersa en el resto del Estado, Seguí busca pactos a pesar de las diferencias ideológicas, para dar una respuesta clara al Gobierno y a la patronal frente al deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores.

Su apuesta está totalmente en contra de los hoy llamados liberados sindicales profesionalizados, “por muy pomposos que sean los cargos entre los sindicalistas, y por mucho que sea el trabajo, no cobran sueldo. Solamente cuando pierden un jornal por haber trabajado en la organización cobran un igual al que perciben en la ocupación que desempeñan”. También aboga por las rotaciones en los órganos de gestión para evitar la burocratización y la separación que tiende a producirse entre dirigentes de la organización y resto de militantes. Este es otro aspecto presente, actualmente, en las organizaciones con liberados que se eternizan en los órganos de gestión.

La CNT trata de integrar a todos los trabajadores sea cual sea su condición. Así, la mujer cobra especial importancia ya en el congreso fundacional (1910) donde consideran que “es el trabajo que ha de elevar su condición de mujer al nivel del hombre, único modo de afirmar su independencia”.  Plantean la igualdad salarial con el hombre, la integración en el sindicato de las mujeres e incluso “determina que no debe permitirse bajo ningún concepto que trabaje un mes antes de su parto y hasta un mes después de haber dado a luz”.  En el congreso de Sants (1918) vuelven a introducir la necesidad de la igualdad de la mujer, tanto su sindicación como que “en los sindicatos mixtos deberán las juntas administrativas ser mixtas también, a fin de que la mujer se interese por sus luchas y defienda directamente su emancipación económica”.

Las personas discapacitadas también ocupan un espacio importante en los congresos para intentar su integración y, por supuesto, el apoyo a los presos y sus familias son una preocupación constante. Seguí expone, en repetidas ocasiones, la necesidad de integrar a otros sectores laborales como campesinos, técnicos e intelectuales.

El sindicalismo de la CNT abarcaba todos los aspectos y preocupaciones de la vida del trabajador, porque sus militantes viven en los barrios y sufren los mismos problemas que el resto de los trabajadores. Ante los precios desorbitados de los alquileres, muy especulativos en algunas ciudades como en Barcelona y Madrid, Seguí propone la “huelga de inquilinos como protesta contra el aumento de los alquileres”, movilización que se llevará a efecto en Barcelona en 1922.

En enero de 1918 apoyan las movilizaciones de mujeres contra la carestía de los productos básicos de alimentación y combustible como el carbón en Barcelona, con duros enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y las bandas de pistoleros de Bravo Portillo, consiguiendo frenar la espiral especulativa de los precios.

Incluso la calidad de los productos que consumen los trabajadores son objeto de preocupación, “la Confederación Regional está dispuesta a conceder un crédito al Sindicato del ramo de la alimentación para establecer un laboratorio modelo, cueste lo que cueste, para que los productos sean analizados. Y se dará el caso de que los fabricantes tendrán que acudir al Sindicato obrero a pedir certificados que acrediten la bondad de sus productos para llevarlos al mercado”. En el II Congreso de CNT de 1919 se aprobó un dictamen que desarrolla en detalle esa propuesta. Medida importante e innovadora que, al día de hoy, no existe por parte de ninguna organización obrera. Nos conformamos con los dictámenes que emiten los organismos oficiales e instituciones dependientes de la administración.

La enseñanza también ocupa parte de sus inquietudes, ya que Seguí, así como la inmensa mayoría de los sindicalistas más destacados, son autodidactas y partidarios de la escuela racionalista. En los acuerdos del congreso de Sants (1918), proponen “crear una cuota voluntaria de cinco céntimos por asociado, destinándola a este fin, y hacer todos los esfuerzos por la creación de las escuelas racionalistas”.

La importante influencia social de CNT le permitía mantener la organización cuando era ilegalizada y atender las tareas más importantes como el apoyo a las familias de los sindicalistas detenidos y desterrados. El sindicato era un espacio de sociabilidad, de formación, de participación y de integración.

Trataban de construir un mundo alternativo en costumbres y hábitos sociales, y abarcaban todos los aspectos de la vida. Intentaban configurar una nueva sociedad presidida por ideales humanitarios, de libertad, fraternidad, cultura, respeto a la naturaleza, educación sexual y emancipación. En la vida diaria trataban de establecer un nuevo orden social revolucionario, empezaban por los mismos militantes más destacados que daban ejemplo. Seguí convive con su compañera y sus hijas, procedentes de un anterior matrimonio, rompen con los convencionalismos sociales, no se casan, tratan de estar en contacto con la naturaleza, etc. Incluso temas avanzados como el “amor libre” eran tratados en revistas libertarias.

Ese modelo de sindicato amplio choca con la imagen de los sindicatos actuales centrados en los problemas corporativos de las empresas y sectores productivos. La sanidad, educación, alimentación, alquileres, etc. requieren que los sindicatos participen y aporten sus experiencias desde su conciencia de clase para que las reivindicaciones no sean instrumentales y puedan cuestionar el modelo capitalista.

Ante una hipotética revolución, advierte repetidas veces de la falta de formación integral de los trabajadores y la importancia del sindicato. “Por eso nosotros, en un próximo Congreso internacional, vamos a plantear esa cuestión, y vamos a decir que la hegemonía del proletariado no pueden ejercerla ni los partidos socialistas ni los grupos anarquistas; esa hegemonía deben ejercerla los Sindicatos profesionales, los sindicalistas.” En repetidas ocasiones plantea que el fracaso de las revoluciones, y en particular de la revolución rusa, es consecuencia de no haber contado con la estructura y experiencia de los sindicatos para organizar la producción. Seguí, en este aspecto, es seguidor de las ideas del sindicalista holandés Cornelissen.

Es fundamental en el seguimiento de la trayectoria de Seguí tratar de la llamada huelga de la Canadiense, el acontecimiento más importante del sindicalismo de la época. Conflicto iniciado el 2 de febrero de 1919, al que se irán incorporando nuevos sectores llegando a paralizar la vida de la ciudad, y finalizado el 19 de marzo. La CNT afrontó este conflicto con los locales clausurados desde el 16 de enero y algunos de los sindicalistas, como Seguí, detenidos en los barcos “Pelayo” y “Giralda”. El 17 de marzo se llegaba a un acuerdo que aceptaba las peticiones de los trabajadores tras un mes y medio de huelga. El papel de Seguí en la asamblea del día 19 ha sido muy discutido, no se ha valorado la complicada situación con un Ejército y una patronal dispuestos a utilizar todos los medios violentos para aplastar a los trabajadores de una manera definitiva. El resultado de la asamblea supuso un alto el fuego de 3 días y su incumplimiento generó la vuelta a la huelga el 24 de marzo. El 3 de abril. El Boletín oficial decretaba que: “La jornada máxima legal será de ocho horas al día o cuarenta y ocho semanales en todos los trabajos a partir del 1 de octubre”. España se convertía así en el primer país de Europa que reconocía esa reivindicación.

Seguí siempre fue tachado de poco anarquista y de ser un sindicalista moderado pero estas posiciones merecen una revisión sosegada y ajustada a sus opiniones y a los hechos. Mostrar prudencia en los conflictos, como en la huelga de La Canadiense, y buscar aliados tácticos, con UGT y republicanos catalanistas, nos muestran a un revolucionario templado y consciente de las fuerzas y circunstancias de la organización en la difícil época que le tocó vivir.

El sindicalismo necesita penetrar en todos los problemas de los trabajadores y cuestionar el modelo de sociedad capitalista y de pensamiento único, para constituir una alternativa al sistema. Seguí nos muestra el camino del trabajo generoso y del sindicalista con un proyecto definido. 

BIBLIOGRAFÍA

Antonio Bar. La CNT en los años rojos. Akal, Madrid, 1981.

CNT. Congreso de constitución de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Anagrama, Barcelona, 1976.

CNT. Comicios históricos de la CNT. (Memoria del Congreso celebrado en Barcelona los días 28, 29, 30 de junio y 1 de Julio de 1918). Ediciones CNT, Toulouse, 1957.

Antonio Elorza. Artículos madrileños de Salvador Seguí. Cuadernos para el diálogo. Madrid, 1976. 

Manuel Lladonosa. El Congrés de Sants. Nova Terra, Barcelona, 1975.

[Este artículo se publicó en el Libre Pensamiento nº 113, Primavera 2023]